El atacador

A veces al escuchar este término no puedo evitar pensar que se hace referencia a una persona o ente lleno de malicia que viene con el firme propósito de atacarme y terminar con mi existencia, pero eso es pura imaginación mía jajaja aunque he de reconocer, que sería un buen título para un relato de horror o suspenso.

En fin, el atacador, apisonador, retacador, tamper, trío, pipe tool, o como se les antoje llamarlo, es un accesorio indispensable para todo pipa fumador. Cuando se empieza en este mundo de la pipa, siempre se nos dice que el EDC (Every Day Carry) del pipa fumador debe ser pipa, encendedor/fósforos, tabaco y atacador.  En todos lados se hace referencia a esta herramienta y en todos lados se subraya su importancia sin embargo, poco es lo que se dice sobre dicha herramienta. Es decir, todos tienen un atacador pero no todos sabemos exactamente para que se utiliza o cuál es su propósito específico.

El atacador es una herramienta fundamental para la fumada en pipa, uno de sus principales y más importantes propósitos es mantener la pipa encendida. Pero empecemos por identificar cual es el atacador ya que al haber un gran número de variedades y diseños que lo integran en un trio que comprende, pala o cucharilla, punzón y atacador, un pipa fumador nuevo podría confundirse y no identificarlo correctamente, bien, pues este es el atacador:

Esta particular herramienta, sirve para auxiliarnos en el encendido de la pipa, ya que en el encendido inicial, el tabaco pierde gran parte de su humedad al estar expuesto directamente a la flama que le da combustión, por lo tanto, el tabaco se hincha en este proceso, haciendo que la brasa se levante muy por encima del tabaco compactado (habrá quien ya tenga una técnica para evitarlo en cuyo caso sería maravilloso que la compartiera en los comentarios) ocasionando que esta quede más expuesta al aire y más propensa a apagarse rápidamente. Es aquí donde utilizamos el atacador, presionando levemente ese tabaco hinchado hacia el hornillo e intentando no apagar la brasa con él, compactando nuevamente el tabaco y llevando la brasa hacia abajo hasta que tenga contacto con el tabaco que se encuentra compactado en el hornillo siempre teniendo cuidado de no aplastar la brasa y apagarla con el mismo atacador. En este proceso es 90% probable que la pipa se apague, pero no hay problema, una vez compactado el tabaco nuevamente, se enciende la pipa una vez más, esta vez el tabaco (ya más seco) no se hinchara o lo hará muy poco y se mantendrá en su sitio pero, nuevamente la brasa se quedara en la superficie. Con unas cuantas caladas para mantener la brasa viva, se toma el atacador y se empuja muy levemente la brasa hacia el interior del hornillo cuidando no aplastarla en el proceso y dando una que otra calada mientras se hace.

Usando el atacador

Hay que tener en cuenta el peso del atacador debido a que es un factor muy importante ya que, de tener un atacador pesado, al empujar la brasa hacia el hornillo, se puede dejar ir todo el peso del atacador o peor aún, al peso del atacador, le sumaremos el peso de la mano y la presión que le damos lo que inevitablemente ocasionara que aplastemos la brasa y la apaguemos con el mismo atacador. Con un atacador pesado, se tiene que evitar dejar ir todo el peso del atacador utilizando la mano para sostenerlo y administrar el peso con el que estamos empujando la brasa en lugar de ejercer presión sobre él.

atacador pesado de titanio o acero

Por el contrario, con un atacador muy ligero, si se deja caer todo el peso del atacador sobre la brasa, pudiera ser que este no empuje la brasa hacia el hornillo por lo que, en este caso si se debe ejercer presión con mano para influir en el peso de este, de tal forma que el atacador solo empuje la brasa hacia el interior del hornillo hasta que esta toque el tabaco que aún no se ha quemado.

atacador ligero de madera

Una vez ya encendida la pipa, el atacador será una de nuestras herramientas principales para mantener la pipa encendida. Es inevitable que al momento de la fumada uno tenga el encendedor o fósforos a la mano por si se apaga la pipa lo cual sucede muy, muy a menudo y el atacador suele estar junto al encendedor luciendo como un bonito accesorio que da vista y que nos ayudara a sacar la ceniza en cuanto terminemos la fumada. Sin embargo, el atacador es nuestro mejor amigo a la hora de mantener la pipa encendida y podría fácilmente quitarle protagonismo al encendedor o fósforos. Basta con saber que para mantener la pipa encendida se debe mantener la brasa cerca, muy cerca del tabaco que aún no está encendido, para esto, se debe tomar el atacador y empujar la brasa hacia el fondo del hornillo mientras se dan unas caladas suaves, largas y pausadas para mantener la brasa viva mientras esta es empujada hacia su destino final (el fondo del hornillo) por lo que de vez en cuando a lo largo de toda la fumada, este proceso deberá repetirse una y otra vez, hay quienes repiten este proceso cada 7 o 10 caladas, hay quienes por pura intuición lo hacen cada cierto tiempo y quienes sienten instintivamente que la pipa esta por apagarse y es entonces cuando lo hacen, no importa mucho cual sea el método que se utilice ya que depende del gusto y la comodidad de cada quien, lo que sí importa y mucho, es que este proceso de calada y empuje de la brasa, se realice a lo largo de toda la fumada.

En mi caso particular, es muy raro que tire la ceniza que genera la fumada mientras la pipa aún está encendida, suelo hacer esto hasta que la fumada ha terminado y la forma en que lo hago es muy simple, solo tomo el punzón que se encuentra en el trio y lo introduzco en el hornillo para remover cualquier resto de tabaco o ceniza que pueda obstruir el tiro de la pipa y una vez hecho esto, muevo el punzón en círculos dentro del hornillo para aflojar toda la ceniza, después de esto, solo giro la cazoleta para depositar la ceniza en el cenicero o algún contenedor.

Cuando la cazoleta ya está fría, tomo la cucharilla o pala del trío (en lo personal me inclino más por los tríos con pala que con aquellos que tienen cucharilla) y doy un ligero raspado a las paredes del hornillo para remover el exceso de hollín o ceniza que se queda pegado en las paredes de este ya que, en mi caso, no soy de los que gustan tener una pared de hollín de 4 a 5 mm de espesor, prefiero dejar ese volumen de espacio para el tabaco y tener apenas una fina capa de hollín en el hornillo.

Haber sabido esto cuando yo empezaba a fumar en pipa, me hubiese ahorrado un montón de dolores de cabeza y malos ratos por estar encendiendo la pipa cada 2 minutos generando montones de humedad que provocaban que desechara el tabaco a media fumada, desperdiciando así, montones de tabaco y generándome malas opiniones de tabacos (que después fueron mis preferidos) que en realidad fueron mal fumados por un pipa fumador inexperto.

Como siempre, mi intención no es imponer ideas ni conceptos, simplemente, esta fue la forma en la que después de muchos tropiezos, se me enseñó a utilizar esta magnífica herramienta y que hasta el día de hoy sigo utilizando de la forma descrita en este artículo. Si alguien tiene algún otro método o conocimiento sobre el uso de esta herramienta indispensable para el pipa fumador, siéntase libre de compartirlo en los comentarios.

¡Buenos humos y felices tragos!

11 comentarios sobre “El atacador

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  1. Buen artículo.

    Uno de los problemas de los que empiezan a fumar, es justo el uso «excesivo» del atacador. Incluso, ante la frustración de que se apague, de adopta la costumbre de atacar y atacar, consiguiendo así que el fondo de la pipa acabe muy presionado. Eso hace que no se pueda fumar toda la pipa, que sea imposible encender ese 3er tercio de la pipa.

    El tabaco no ha de estar ni muy suelto ni muy apretado, y el tamper SOLO ha de servir para lo tú has expresado… Para conseguir que la brasa toque con el tabaco que hay debajo. Para NADA más.

    Otro de los problemas que se pueden dar, es que al parisionar el tabaco, si hay mucha ceniza, esta que de per se es importante, para mantener la brasa y la temperatura de la cazoleta idónea, puede llegar a cortar el flujo de oxígeno y provocar que se apague la pipa. En esos casos, o se desprecia una parte de esa ceniza, o con la punta de trio se «abre» una vez has atacado primero. Así empujas y oxigenas.

    Un saludo!

  2. Un estupendo artículo que me ha hecho ver que, aunque yo pensaba que usaba el atacador más o menos bien, ha resultado ser «menos» que no «más». Debido a mi inexperiencia pensaba que manejabas más la brasa cuando ya estabas fumando que no al inicio. Es cierto que en más de una ocasión, más por el instinto que no por conocimiento, he usado el atacador, pero han sido las que menos. Desconocía la mecánica del tabaco al darle candela; la veía pero no le había prestado atención. Ahora lo veo todo claro y me cuadra todo lo que he visto pero sin verlo por no estar prestándole la atención adecuada.
    Gracias!

  3. Me ha gustado mucho. Al leerlo, recordé las lecciones de mis primeras pipas y doy gracias a Dios por haber tenido buenos maestros. Es una pieza que vendrá muy bien a los novatos y, como apunta Saúl, a los no tantos para mejorar la técnica.
    Un acierto contar con el video para ver la explicación. Un gran trabajo.

  4. Bien, aunque me gustaría hacer una aclaración sobre lo de la «calada» al usar el atacador. Por supuesto que no trato de decir cómo se debe hacer, pero sí como lo hago yo y el porqué. Siempre uso atacador de madera, como los que se usan en las fumadas, no es que no me gusten los metálicos es que no me sirven a mi.
    El atacador lo dejo caer suavemente y le hago un ligero movimiento de rotación entre los dedos, lo que sirve para remover la ceniza (la madera arrastra la ceniza el metal no), al mismo tiempo que espiro levemente lo que expulsa parte de la ceniza fuera de la pipa y al levantar el atacador inhalo.
    ¿Por qué espirar en lugar de inspirar? Cuando el atacador está en contacto con la brasa, por mucho que inhalemos puede no llegarle suficiente oxígeno desde la parte superior del hornillo y quedarse en las cenizas, más todavía si apretamos, cosa que creo que no hay que hacer… y podemos apagarla. Sin embargo, en nuestra espiración, además de dióxido de carbono, también va parte de oxígeno que le llegará a la brasa desde abajo, por muy «tapada» que esté con el atacador por arriba, encendiendo parte del tabaco que está en contacto con la brasa por la parte inferior en contraposición con la parte superior en la que lo que hay es ceniza y no hay mejor sustancia ignifuga que la que ya ha ardido.

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