Diciembre trajo buenas noticias y, a mediados de mes, La Casa del Tabaco anunciaba la inauguración de sus nuevas instalaciones en Valencia. Sin duda, una buena forma de acabar un año tan complicado.
La inversión permite ampliar sus dependencias para el almacenaje y distribución del tabaco. No se trata de un almacén normal, sino de una verdadera cámara de conservación que permite conservar las características de las diferentes elaboraciones del tabaco. Es fácil de entender el reto de climatización que ha supuesto, además de la necesidad de asegurar el suministro energético y dotarse de capacidad para responder ante imprevistos. Junto a ello, la superficie disponible facilita su capacidad y agilidad a la hora de responder a las demandas de los estancos.
Actualmente, La Casa del Tabaco centra su negocio en los cigarros premium, aunque también cuenta con una referencia de tabaco de pipa (La oveja negra) y de shisha. Esperemos que el negocio les siga yendo bien e incrementen su catálogo pipero.
Otro de los detalles singulares, es que se ha encargado la decoración exterior al grafitero Krome 2. De esta manera, lo que sería una simple nave se convierte en una obra de arte en un ejemplo de compromiso con su territorio y respondiendo a la histórica tradición del mundo del tabaco con la cultura.
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