Catas: ¿Pretenciosidad y pomposidad?

He visto en muchos lugares un sinfín de individuos que nos aventuramos en el mundo de las catas o reseñas, expresando nuestras impresiones de tal o cual producto sin tener en cuenta que independientemente de si se tiene la formación o no para hacerlo, estamos emitiendo un juicio de valor que puede beneficiar o perjudicar aquel producto que se está exponiendo.

Debemos por tanto ser muy cuidadosos con nuestros comentarios, descripciones y opiniones (sobre todo, si no tenemos la formación para hacerlo) en un tema que ya de por si es muy subjetivo.

Esto me lleva a preguntarme:

  • ¿Qué propósito tenemos al hacer una reseña o cata de un tabaco, destilado, cerveza o vino?
  • ¿Qué es lo que queremos transmitir?

Si bien un sommelier se empapa de información y conocimiento entorno del producto en el cual se especializa, también tiene un entrenamiento olfativo bastante extenso y arduo para poder preparar el paladar a las sensaciones y sabores que este se propone a encontrar en el producto a catar. Es decir, el sommelier ya sabe que quiere encontrar en el producto mucho antes de degustarlo. Con esto prepara el cerebro y los sentidos para poder detectar con relativa facilidad las notas que ha de describir en su cata. Lo complicado viene después ya que, debe ahora poder tener la facilidad de transmitir esas sensaciones, aromas y sabores al comensal o consumidor para el cual va dirigida la cata.

En ocasiones, el sommelier o catador, parece pretencioso al emitir sus comentarios pomposos para un comensal atónito ante tal descripción de un producto que, en lugar de cautivarlo, lo aturde y confunde dando pie a que él comensal lejos de ver a este individuo como una guía, le vea como aquel que le señala y restriega en la cara, la inexperiencia e ignorancia propia de un comensal al degustar un nuevo producto.

Es aquí cuando al escuchar a un Sommelier decir las trilladas frases: “encuentro un olor/sabor a frutos rojos, frutos del bosque”, “madera”, “cuero”, etcétera, nos preguntamos: ¿a qué carajo se refiere con un fruto rojo (cereza, fresa, moras, grosella, arándano, ciruelas o qué carajo)? ¿Qué tipo de madera (cedro, roble, bambú, olivo, brezo, caoba, seguro en otra vida, este tipo fue termita)?

Esto se debe a que uno no tiene un entrenamiento del olfato con cientos de esencias pasadas por las fosas nasales una y otra vez para aprender a diferenciarlas y así predisponer al cerebro y el paladar para poder detectar dichos sabores que no siempre coincidirán con lo que dicta el olfato. Es aquí donde a mi punto de vista, el sommelier falla ya que en lugar de transmitirme un sentimiento de afinidad al producto, más bien me produce incertidumbre sobre mis sentidos del gusto y el olfato.

Esto último a mi parecer, debería ser la respuesta a mis dos preguntas previas, nuestro propósito debería no solo ser descriptivos de sabores, aromas y texturas sino también, de transmitir experiencias y sensaciones en nuestras catas para poder transmitir al consumidor un sentimiento de afinidad al producto y a la marca o bien sembrar en él, la necesidad de probar, aprobar y/o descartar por cuenta propia aquel producto del cual se hizo la cata.

Aquí es donde el tema cobra mayor subjetividad ya que es bien sabido que todos tenemos gustos y paladares diferentes pero el tema no se acota solo a gustos y paladares sino también a experiencias y memoria. Entonces; ¿cómo puede el catador o sommelier transmitir tales experiencias? Ante tan difícil respuesta, tal vez lo más conveniente sería hacer de la cata toda una experiencia, tratar de empaparse de los gustos y preferencias del comensal para a partir de allí construir una experiencia que lo lleve a interesarse en el producto a catar. O bien, tratar de encontrar experiencias que puedan ser comunes en otras personas como lo es en nuestro caso “la irritación o quemadura de lengua”, “el amargor”, “el sabor a ceniza” y girar nuestra cata alrededor de estos temas para hacer sentir al comensal un poco identificado en el tema y así sea más fácil poder interesarlo en nuestra opinión que aunque muy subjetiva, le parecerá interesante.

El mejor destilado, vino, tabaco o cerveza es aquel que a uno le gusta

La mejor forma de consumir un destilado, vino, tabaco o cerveza, es la forma en que a uno le gusta consumirla

Estas frases sin duda debemos tomarlas en cuenta a la hora de realizar la cata, ya que muchas veces la cata tiende a convertirse en un juicio de valor más que en una opinión. Se puede cometer el error de tratar de imponer un producto a través de una cata, en lugar de emitir una opinión o comentario sobre cierto producto del cual, aquel a quien va dirigido puede o no coincidir con nuestro punto de vista.

Sin duda este es un tema bastante extenso y debatible por lo tanto, abro el hilo de debate y junto con él les dejo mi opinión al respecto así como mi reputación para que la hagan pedazos.

¡Buenos humos y felices tragos!

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