Nombre de la mezcla: Night Train
Marca: Cornell & Diehl
Maestro mezclador: Craig Tarler
Manufactura: Cornell & Diehl
Tipo de mezcla: Virginia/Burley
Corte: Krumble Kake
Ritmo de fumada: Medio

Una labor en un formato Krumble Kake que se corta fácilmente aunque al cargarlo en la pipa siempre termina siendo una especie de flake desmenuzado. De un aroma muy característico que invita a darle fuego y promete una fumada dulce y relajada, pero que a la primera calada demuestra no ser nada sutil. Un tabaco a veces agresivo y otras placentero al paladar, que se da a respetar entre los matices que ofrece y el golpe nicotínico que se hace presente en una que otra fumada para recordarnos la fortaleza que puede tener y que muchas veces pasamos por alto.
En frío.



En la lata se detecta un aroma dulce como azúcar morena mezclada con un olor a pasa o ciruela pasa. El dulzor del virginia no se percibe cítrico o avinagrado, es un dulzor envinado que me recuerda el olor de un destilado dulce como el bourbon, en ocasiones este olor es penetrante y ligeramente picante en la nariz, pero no lástima como lo hace el alcohol al oler una copa para catar un bourbon o whisky.
Algunas veces percibo ese aroma dulce muy parecido al del tamarindo mezclado con azúcar, sin embargo, casi de inmediato regreso al aroma del bourbon y la ciruela pasa.
Primer fuego:



En lata el tabaco se presenta con una humedad algo alta. Esta humedad se sigue conservando después de unos meses de guardado en frasco de cristal, por tanto, hay que dejar secar el tabaco por unos minutos para que pueda fumarse de acuerdo al gusto del consumidor. En mi caso, gusto de fumarlo casi seco.
El primer fuego es ligeramente picante y semi-amargo, este amargor va desapareciendo conforme avanza la fumada, sin embargo, si se acelera el ritmo durante la fumada es fácil hacer que aparezca de nuevo dando matices interesantes. En un ritmo medio el picor permanece y se presenta una nota parecida a madera húmeda o por lo menos esa es la sensación que me da; el picor se intensifica cuando se pasa de golpe de un ritmo medio a rápido. De no tener cuidado, este picor puede llegar a irritar la lengua y hacer que la fumada se torne agresiva en boca.
En un ritmo medio a lento, el sabor es herbal como té verde y muy fresco en nariz, si se acelera un poco el ritmo el humo se vuelve un poco picante en nariz, pero muy refrescante, similar a la sensación que da la menta. En un ritmo lento el tabaco se vuelve ligeramente dulce y terroso, siempre acompañado de ese toque herbal y a madera.
Fuegos posteriores:



El reencendido suele ser herbal y semi-amargo. Conforme se avanza en la fumada el sabor se torna herbal, terroso y picante. En un ritmo muy lento, ese toque herbal se torna ligeramente dulce y me recuerda un poco al sabor del propóleo. En algunas fumadas he logrado percibir un dulzor más intenso y característico del virgina, no obstante, en casi todas las ocasiones que lo he fumado, el dulzor del virgina es más herbal y semi-amargo muy parecido al sabor propóleo.
El toque terroso y semi-amargo perdura durante casi toda la fumada. Variando el ritmo se pueden obtener matices dulces y notas a madera, pero siempre están acompañadas de ese toque terroso, amargo y herbal. El toque de perique que contiene la labor, se mezcla con el dulzor semi-amargo del virginia y dan una sensación de frescura muy placentera en nariz. El aroma resultante de esta combinación exhalada por la nariz es precisamente la que me recuerda el sabor del propóleo.
Cuando se ha fumado a un ritmo rápido y se empieza a bajar el ritmo a lento, justo en este proceso la nota a madera se hace presente hasta que, por la lentitud de la calada vuelve la nota herbal semi-amarga. Al mismo tiempo la fumada se torna terrosa, pero después de un rato fumando lento, esta sensación desaparece. Se debe tener cuidado cuando se varían los ritmos acelerando la fumada, ya que esta puede descomponerse fácilmente y volver la fumada muy amarga y terrosa además de producir irritación en lengua y paladar.
Conclusiones:



Grandes bocanadas de humo en un ritmo rápido resultan en una calada picante que irrita la lengua, se debe tener esto en cuenta, ya que esta labor exige que se fume en un ritmo medio a lento y con bocanadas cortas que no molesten en boca a menos que, este sea el gusto del fumador.
No tiene el sabor ni la concentración necesaria de perique para ser considerado una variante de vaper (virgina/perique) no obstante, sí se nota el perique en la exhalación retronasal sintiéndola como un picor en las narinas similar al picor que incita al estornudo.
Una labor que sin duda se disfruta, pero que puede ser muy agresiva para el fumador novel o para aquel que recién se adentra en las labores con alto contenido de virgina o virginia puro. De un humo denso, blanco, cremoso y abundante, seguramente el aroma que deja en la habitación, no será muy del agrado de aquel que no fuma pipa, sin embargo, muy placentero para el que ya tiene experiencia fumándolo.
¡Buenos humos y felices tragos!
Una cata objetiva que, sin embargo, narra una experiencia; un encuentro personal con una labor.
¡Excelente!
Como siempre un placer leerte. Y, puestos a pedir, como veo que haces referencias a diferentes fumadas me gustaría saber con qué lo maridas. Y si la experiencia es igual en todas las pipas o tienes algunas preferidas para la labor que comentas.
Muchas gracias Fernando. Generalmente lo fumo en pipas de brezo y espuma de mar «half bent», en pipas rectas lo encuentro muy irritante. En pipas de maíz siento que no lo disfruto tanto ya que es demasiado herbal el sabor que me da.
Esta labor en particular la marido con café y en días calurosos con cervezas tipo lager que a mi parecer le van muy bien y son las más comunes y fáciles de conseguir. Acá en México hay una cerveza que se llama Pacifico que le va muy bien. También las cervezas estilo Viena le quedan muy bien.