Septiembre comenzó con el Girona Pipa Club retomando las fumadas y organizando el primer campeonato en España desde que el SAR-Cov 2 se instaló en nuestra vida; el Club de Amigos de la Pipa ya trabaja para organizar en noviembre su fumada en Madrid y el Barcelona Pipa Club comienza a llenar el calendario de actividades… ¿Qué haríamos sin los pipa clubes?
Son tres ejemplos pero estoy seguro de que en el resto de pipa clubes españoles ya piensan en retomar la actividad. La situación no es fácil. En Asturias, por ejemplo, las autoridades mantienen la prohibición de fumar en las terrazas, lo que nos lleva a la práctica clandestinidad mientras buscamos soluciones (somos pocos y los costes de alquiler de locales no son asumibles). Pero mientras superamos esta época negra y difícil, los pipa clubes aparecen ahí como un faro de esperanza e ilusión.
Me inicié como pipa fumador en una tertulia literaria, podría ser perfectamente el germen de un pipa club que no lo fue; pero los veteranos me enseñaron con acierto algunas cosas y otros tantos. Pero esa transmisión de sabiduría es una de las virtudes de los pipas clubes, también un espacio de confraternización, de descubrimiento de labores, de amistades. Si tengo que dar un consejo a un neófito sería: vete a un pipa club y escucha, aprende y disfruta.
Los pipa clubes son lugares de encuentro, de confraternización, de libertad. Porque en ellos podemos expresar con libertad nuestra pasión por el brezo, la añoranza de una nueva pipa, las virtudes de la espuma de mar o las ventajas de fumar en maíz sin que nuestro interlocutor quede perplejo. Sin pipa clubes no habría fumadas y las fricadas con las que disfrutamos.
Sí, debemos elogiar a los pipa clubes y a sus esfuerzos por mantener encendida la pipa, la esperanza de volver a encontrarnos, de volver a celebrar los placeres de la vida. Porque, en el tabaco, existe mucho de vida, del disfrute de la vida, de los tesoros que nos da la naturaleza y nuestra capacidad para sublimarlos. Seguramente con estas últimas líneas estoy empezando a desfasarme, lo que es una buena señal para concluir lo que quería que fuese una loa a los pipa clubes.
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